Jean-Baptiste Corot
Roman
La originalidad de Corot reside en la sencillez de sus paisajes. Sin pretender idealizarlos, sin excesivos acabados, reproduce fielmente la relación entre volúmenes y tonos, luz y atmósfera. Sus paisajes abren el camino a una nueva modernidad, lejos de las fantasías fantásticas de Turner. Corot sentó las bases del Impresionismo, aunque éste se enriqueció de manera diferente o contraria. En los cuadros de Corot, la sencillez del motivo permite que se exprese el delicado juego de los tonos. En muchos de los cuadros, una luz plateada baña el lugar, y los mil matices de color reproducen los incesantes cambios del cielo sin corromper la armonía de los tonos. Las cosas no se distinguen unas de otras, sino que se funden en el paisaje. Es lo que se llama el espíritu de síntesis. Honfleur, barco en construcción, pintado al principio de su carrera, muestra los primeros elementos de este espíritu de síntesis: el fondo parece trabajado a la manera de una acuarela, donde cielo y tierra se funden.