Yannick Duhamel

A través de sus esculturas, hechas esencialmente de discos de vinilo, Duhamel rinde homenaje a la edad de oro del disco y a las grandes figuras de la cultura popular que siempre le han inspirado. Duhamel debe su éxito actual al hecho de que ha sido capaz de "desplazar las líneas entre las artes" convirtiendo sus esculturas en obras visuales y sonoras conectadas. Himnos a los iconos mundiales de la música y el cine, símbolos últimos de la desmaterialización y la muerte del disco, del que pronto sólo quedarán las notas, el aura y la magia de las figuras esenciales de estas dos artes. El camino que llevó a Duhamel a convertirse en escultor es singular.

Duhamel, el menor de tres hermanos, creció en Normandía, frente a Inglaterra, alimentándose en secreto de los discos de vinilo anglosajones de sus dos hermanos mayores, hasta que el escenario y sus propios conciertos le invitaron a lanzarse a la carretera y descubrir el mundo. Con una serie de discos y giras por Francia, Bélgica, Canadá e incluso Australia, Duhamel hizo de la música su profesión durante más de quince años, antes de redescubrirse finalmente a sí mismo a través de la escultura.

Ha encontrado a través de la forma, la luz y la oscuridad, la inspiración perdida; el legado de un quinto álbum abortado seis años antes en Universal Music. Como dijo una vez Joe Strummer, líder de The Clash, "todo el mundo tiene que darse cuenta de que no tiene que aferrarse al pasado si quiere tener algún tipo de futuro". Duhamel es el mejor ejemplo de ello.