Iglesia de San Agustín
El 30 de agosto de 1864, el duque de Morny coloca solemnemente la primera piedra de la iglesia de Saint-Augustin, construida en un terreno cedido nueve días antes por la Société immobilière de Deauville. Construido por los arquitectos Desle-François Breney y Anatole Jal en el centro de un jardín cerrado, el edificio fue consagrado el 30 de julio de 1865 por el obispo de Bayeux. El cementerio se construyó fuera de los límites de la nueva ciudad, en las alturas del monte Canisy.
El programa arquitectónico refleja el marcado gusto por el eclecticismo de esta época: el campanario-porche ofrece una mezcla de estilos gótico y románico, la nave, prolongada por un ábside semicircular y flanqueada por dos naves puntuadas por contrafuertes de silbato, se inspira en la planta basilical de los primeros edificios religiosos cristianos. La nave central, inicialmente de ocho tramos, está iluminada por tramos abovedados en las partes superiores. El ladrillo policromado anima los alzados exteriores, mientras que la piedra caliza sólo se utiliza en algunos elementos, como el portal de Kammer y la estatua de San Agustín, obra del escultor Jules Franceschi, situada en el tímpano.
La bóveda de cañón y el arco triunfal que separa la nave del coro están decorados con un fresco del pintor tolosano Louis Brodier. Representando a San Agustín sentado en medio de los profetas y doctores de la Iglesia, fue retirado durante las obras realizadas entre 1929 y 1931 por los arquitectos Paul y Raymond Delarue. Ampliaron la nave en dos tramos más, añadieron un crucero y un deambulatorio que unía las naves laterales, y construyeron una capilla central en el sureste. La fachada principal noroeste está decorada con un notable conjunto de nueve pinturas sobre lava esmaltada, realizadas en 1866 por Jules Jollivet, alumno de Antoine Gros. Siete paneles arqueados representan a los evangelistas del Nuevo Testamento y alegorías de las virtudes teologales: Esperanza, Fe y Caridad.
Dos medallones representan a San Pablo y San Pedro.
Unos veinte años antes, en 1844, Jules Jollivet había diseñado un conjunto de trece paneles para la fachada occidental de la iglesia de Saint-Vincent-de-Paul de París, a petición del arquitecto Jacques Ignace Hittorff. La decoración, juzgada demasiado sugerente, fue suprimida a petición del clero antes de su finalización. En Deauville, el pintor encontró un hogar para las innovaciones arquitectónicas, lo que le permitió poner en práctica los conceptos de la decoración policroma, expuestos por Hittorff en su obra L'Architecture polychrome chez les Grecs, publicada en 1851, que suscitó una gran polémica en París.
Textos © Images du patrimoine
