Los imprescindibles de la talasoterapia

El baño de hidromasaje, el tratamiento más común en Thalassos, sumerge al curista hasta los hombros en agua de mar calentada a 37°C. Durante 15 o 20 minutos, chorros subacuáticos masajean el cuerpo desde el cuello hasta los pies.

En el baño de burbujas, los chorros crean un gas y miles de burbujas diminutas. Cada tratamiento relaja los músculos y recarga el organismo con oligoelementos y sales minerales. Según el centro elegido, los baños se enriquecen con aceites esenciales, cristales de sal marina o gelatina de algas.

Aunque sus nombres son parecidos, estos dos tratamientos son completamente diferentes. La ducha de chorros es imprescindible en Thalasso: de acción reafirmante y estimulante, consiste en una potente proyección de agua marina activada por un hidroterapeuta, con la que masajea al curista por delante, por detrás y de lado, siguiendo el sentido de la circulación sanguínea y los meridianos de acupuntura. La sesión dura 10 minutos: rápida y eficaz. Aunque trata muchas patologías (problemas circulatorios y musculares), la ducha de chorro es especialmente eficaz durante los tratamientos de adelgazamiento. El chorro se dirige a las partes del cuerpo donde se encuentran las masas adiposas y modela la silueta reubicando la grasa.

Todo lo contrario es elhidrojet, un masaje en seco que se realiza sobre un colchón de agua caliente que contiene chorros de agua que masajean de la cabeza a los pies. Una sensación de flotar sobre la sábana de goma durante 20 minutos.

La talasoterapia no se limita al agua de mar, también se utilizan en los tratamientos elementos característicos del medio marino como las algas y el fango marino , en particular envolturas (cuerpo totalmente cubierto) y aplicaciones (cuerpo parcialmente cubierto). Las algas son uno de los grandes clásicos de la Talasoterapia y poseen una concentración excepcional de sales minerales, oligoelementos y vitaminas (potasio, magnesio, hierro, etc.) que transmiten en cuanto entran en contacto con la piel.

El fango marino procede de sedimentos marinos y se aplica caliente localmente en la espalda y las articulaciones. Al igual que las algas, tiene un alto contenido en minerales y oligoelementos beneficiosos para aliviar el reumatismo y los problemas circulatorios. Ayudan a combatir el reumatismo y alivian el dolor articular.

Expuesta al aire, a la contaminación y a la luz del sol, la piel suele presentar imperfecciones. Gracias a su acción exfoliante, la exfoliación optimiza la penetración de los principios activos de todos los productos para el cuidado de la piel, por lo que es interesante realizarla antes de un masaje. Para despertar su resplandor y deshacerse de las células muertas que le impiden respirar, los Thalassos ofrecen exfoliantes con beneficios y virtudes de otros lugares en su gama de tratamientos. Agridulce con coco y flor de tiaré, con menta helada o con especias y canela, pero también un peeling con granos de sales del Mar Muerto envueltos en aceites de frutas, nos dejamos llevar por una multitud de aromas para encontrar una piel suave y remineralizada.

Los masajes son las estrellas de los centros de talasoterapia y forman parte de los tratamientos tradicionales. Según los deseos y necesidades de cada persona, pueden ser relajantes, estimulantes o drenantes. El masaje de relajación es imprescindible; gracias a la combinación ganadora de deslizamiento y amasamiento, proporciona relajación física y psicológica.

También está muy extendido el masaje de afusión, realizado bajo una fina ducha de agua de mar templada. Combina los beneficios del agua y el masaje para un doble efecto relajante; las finas gotas rociadas sobre el cuerpo son absorbidas por la piel y recargan el organismo de sales minerales y oligoelementos.

Otra zona que se palpa es el rostro, que también recibe un impulso. Mediante maniobras relajantes, el modelado facial ejerce una acción reparadora, drenante y preventiva antiedad. Unas decenas de minutos más tarde, la piel está luminosa y profundamente hidratada.