Muelle Monrival
Touques era el último pueblo antes del estuario y aprovechó esta situación privilegiada para crear un puerto que contribuyó a su fama y fortuna desde el siglo XII hasta el XIX. En la Edad Media, se recomendaba atracar en Touques para desembarcar en el Reino de Francia. El pueblo era frecuentado por duques y reyes, que viajaban con frecuencia entre Inglaterra y Normandía; desembarcaban en el puerto para hacer escala en el castillo de Bonneville-sur-Touques, fortificado a petición del vikingo escandinavo Rollon, primer duque de Normandía.
Touques tenía un puerto comercial muy activo en los antiguos muelles de Saint-Pierre y Saint-Thomas, ahora rebautizados "Quai Monrival". En su apogeo, el puerto ocupaba una superficie de casi 12.000 m². Su comercio se centraba casi exclusivamente en la exportación (madera, sal, manzanas, sidra y calvados) hacia destinos lejanos como Brasil y Canadá. Las importaciones de materiales como tejas, pizarra y piedra eran mucho menos importantes. Desde el siglo XVI hasta finales del XVIII, entraba en el puerto de Touques una media de 250 a 300 barcos al año. En el siglo XVI, el buque insignia de la flota normanda era el "Saint-Pierre", un barco de 500 toneladas (unos 33 contenedores) con una tripulación de 250 personas.
La sedimentación progresiva del río Touques, la reconstrucción de las carreteras, el desvío del Touques en 1863 para facilitar la construcción de la línea de ferrocarril a Deauville y la construcción de un puente en Trouville en 1862 alteraron el equilibrio económico y provocaron que la navegación cediera el paso a la carretera y el ferrocarril, lo que condujo a la desaparición definitiva del puerto de Touques en 1863.