La iglesia de Saint-Pierre está catalogada como monumento histórico desde 1926. Su aspecto antiguo se ha mantenido intacto. Sólo se ha sustituido el mobiliario antiguo.
Su arquitectura se remonta a tres épocas.
Siglo XII por el coro, antigua capilla señorial, y por el campanario lombardo, que se eleva desde el patio delantero. Este último está perforado por un amplio pórtico que conduce a una puerta doble renacentista. El sobremantel central está adornado con dos estatuas de piedra.
La nave data de finales del siglo XV, y su armazón parece el casco de un barco invertido, iluminado por ocho ventanas luminosas.
La sacristía hexagonal, con vanos muy abiertos, data del siglo XVII.
En 2016, el estado de la iglesia amenazaba la seguridad pública. El Ayuntamiento decidió restaurarla. El arquitecto de "l'atelier Saint-Benoît" llevó a cabo las obras de renovación.
Iniciada en 2017, la restauración se llevó a cabo en dos fases a lo largo de cuatro años.
Se han renovado dos vidrieras: la de San Pedro y la de la pesca milagrosa. Las bóvedas de la nave y de la sacristía se reconstruyeron con duelas de castaño.
Los soportes y el armazón se revisaron por completo. Se trató la madera, las grietas de los muros y las bóvedas del núcleo.
La renovación de las vidrieras ha permitido identificarlas: proceden del taller de Henri Mazuet, de Reims, famoso pintor de vidrieras de Normandía. También se ha descubierto que algunas de las vidrieras son más antiguas, de finales del siglo XV.
Se llevó a cabo una gran limpieza, desde las lámparas de araña hasta el Vía Crucis y el mobiliario fijo.